Tras su destacada presentación en Encuentros El Mercurio, la chef y autora Virgina Demaria comparte con nosotros algunos tips y datos sobre cocina, alimentación de los niños y, por supuesto, tejido.
Para que la fruta no se oscurezca luego de pelarla, ponla en agua fría con el jugo de un limón por al menos 20 minutos. Con eso conservarán su color natural y a la hora de hacer una ensalada de frutas se verá más apetitosa y su sabor se conservará.
Para conservar las hierbas aromáticas y hojas frescas una vez que se han cortado del macetero, humedece ligeramente las ramitas con agua y sacude el exceso. Envuélvelas en papel absorbente, mételas en una bolsa plástica y guárdalas en el refrigerador.
Cada vez que cocines pasta, retira un poco del agua en la que la herviste antes de colarla. Cuando agregues la salsa que escogiste a los fideos, añade un poco de este líquido. Esto ayuda a que la salsa se amalgame; el almidón en el agua le aporta cuerpo y cremosidad.
Lo primero que hay que hacer es leer la receta de principio a fin. La receta no es una ley inquebrantable, solo una guía. Siéntete cómodo reemplazando ingredientes por otros similares.
Hay personas que mientras van cocinando, van probando, y eso es algo que todos deberían poner en práctica. Lo peor que puedes hacer es servir algo sin antes saber a qué sabe.
Si vas a cocinarle a alguien importante –como tu jefe o la persona con la que estás saliendo- nunca pruebes con una nueva receta y un nuevo ingrediente al mismo tiempo.
Este concepto alude al hecho de tener todo listo antes de empezar con el proceso de cocción en sí. Por ejemplo, medir los ingredientes y picar los insumos. Estos primeros pasos requieren de bastante atención y precisión. De ellos dependerá el éxito de nuestro plato. Algunos consejos para hacer más fácil esta tarea:
Para cortar tocino en pequeñas tiras, primero ponlo en el congelador durante unos 15 minutos. Esto hará que la carne esté más firme, de manera que cortarla sea más fácil.
Para sacarle todo el jugo que se pueda a los limones, hazlos rodar con tu mano con fuerza sobre una superficie dura durante aproximadamente un minuto.
Para pelar fácilmente los tomates sumérgelos en agua hirviendo dos minutos y luego pásalos por agua fría.
Antes de pelar un ajo ponlo 10 segundos en el microondas a temperatura media. De esta forma se pelarán fácilmente.
Aunque no lo parezca, para hervir vegetales correctamente hay que saber ciertos trucos. Por ejemplo, para que las verduras mantengan un color brillante y natural, inmediatamente después de cocerlas hay que sumergirlas en agua helada.
Si cuando cueces coliflor siempre te sale con un color ligeramente beige, añade un poquito de leche al agua con sal en la que vas a hervirla. Después produce un choque con agua fría para detener el proceso de cocción y sírvela.
Freír es otra acción que muchos realizan casi a diario en la cocina. Uno de los errores más comunes que se cometen es colocar los insumos en la sartén cuando el aceite todavía no está caliente. Para comprobar si el aceite está en su punto, sumerge un palo o cuchara de madera en él; si se forman burbujas alrededor de la madera, ya puedes freír.
Si necesitas agregar más aceite cuando estés salteando, ponlo en el borde de la sartén, para que cuando llegue a los ingredientes que estás cocinando ya esté caliente.
Muchas mañas infantiles no tienen que ver con el sabor de los alimentos, sino a que los niños no se relacionan en primera persona con lo que van a comer. Por eso, cuando veo que a mis hijos les cuesta comer algo, los invito a cocinar conmigo. Ellos, como todos los niños, adoran cocinar y eso ayuda a que esas comidas que no les parecen atractivas lo sean. Sentándolos en la cocina y contándoles una historia divertida con protagonistas como las cebollas chasconas, el atún solitario y las zanahorias veloces, no sólo observan cómo son preparados, sino que crea en ellos una gran expectación. Es increíble ver cómo un empujoncito como este soluciona tantos problemas de mañas.
¿A qué niño no le gustan o llaman la atención los colores y formas llamativas? Todo lo que los rodea es estimulante, por lo que muchas veces no quieren comer algo, por la forma o color que tiene. Para eso tenemos que ser creativos y capaces de incorporar elementos que los animen a comer. Decorar un plato es súper útil para crear en ellos un interés. Por ejemplo, el temido zapallito italiano: ahuecándolo lo convertiremos en barco, luego el arroz con la carne molida serán los pasajeros y el queso rallado, los flotadores… No sólo los acercarás a la cocina; además tendrás un momento muy enriquecedor con tus hijos, mientras ellos aprenden a cocinar y comer esas comidas a las que antes les hacían el quite.
Los niños comen a sus horas. Sé lo que estás pensando; esto es demasiado simple para ser una estrategia importante de crianza. Piénsalo otra vez: ¿Has tenido alguna vez tanta hambre que tenías ganas de gritar? Así es como se sienten los niños cuando no les das una colación o cuando tienen que esperar dos horas para participar de una cena familiar de lujo. Su metabolismo está a destiempo del tuyo, como adulto. Almuerzan antes, comen cuando aún no es de noche, etc. Por eso, nunca descuides su protagonismo: está atento a cuando parecen soñolientos o mañosos, porque puede ser que necesiten un yogurt, unas galletitas saludables o una rica fruta. Con los míos funciona perfecto, porque ya conozco sus horarios y me preparo para ello, llevando snacks saludables a todos lados. Y no tienen por qué ser aburridos: unos brownies caseros hechos con ingredientes más sanos, son verdaderos salvavidas.
Recuerdo cuando en mis tiempos de colegio había competencia por las colaciones que llevábamos. Que cuál era la más rica, la más original, pero en todas ellas abundaban el sodio, las azúcares y otros demonios. La colación escolar es vital, porque comer a intervalos regulares reabastece el cerebro y el cuerpo en crecimiento de tu hijo, además de mantener el hambre bajo control. Esa es la explicación de las colaciones. Una bolsita pequeña de almendras u otros frutos secos es ideal para una merienda deliciosa y con buen aporte de energía. O un sándwich en base a pan integral con palta, jamón, quesillo o ricota también lo es. Nunca olvides que cuando los niños están tranquilos y satisfechos, experimentan una mayor felicidad.
¿Por qué debemos tomar desayuno? Simplemente porque después de 10 o 12 horas de ayuno necesitamos energía y nutrientes para realizar nuestras actividades diarias. La falta de desayuno provoca fatiga y pérdida de energía, lo que influye directamente en el rendimiento escolar de tus hijos. Estudios científicos han demostrado que los niños que no desayunan tienen un menor rendimiento escolar debido a la falta de glucosa, que aporta la energía necesaria para el buen funcionamiento del cerebro. Por lo tanto, un buen desayuno con leche o yogur, pan o cereales y fruta o jugos de fruta, es ideal y más que útil. Puedes elegir otros alimentos como huevos, quesillo, queso o palta en un rico pan. Pero que desayunen es vital tanto para sacarse buenas notas, como para hacerse de muchos amigos en el colegio.
Además de la tendencia a pasarle los Smartphones o Tablets a los niños para que se entretengan, existe la estrategia entre ciertos padres de sentar a sus hijos a comer frente al televisor. Los observan comiendo de manera mecánica mientras se concentran en la pantalla, lo que les hace creer que es un éxito el momento de la comida. Alimentarse es mucho más que aplacar el hambre. Es disfrutar de los alimentos con todos los sentidos, saborearlos, percibir su aroma y deleitarse con su presentación. Lo ideal es comer en familia. Algunos estudios demuestran que los niños que comen junto con sus padres se alimentan mejor que los que comen solos. Comen más frutas y verduras, ingieren más cantidad de vitaminas y minerales, consumen más fibra, poseen mayores habilidades de expresión, establecen relaciones más saludables con los otros y se sienten mejor integrados en su familia. ¿Qué mejor?
Si realizas las instrucciones de un chaleco con lanas más gruesas o más delgadas, este quedará más pequeño o más grande. Es ideal cuando te gusta mucho un patrón y luego debes agrandarlo para tus pequeños cuando van creciendo, ¡simplemente usa lana más gruesa y palillos más grandes!
Cuando guardes tu tejido, evita clavar los palillos o el crochet en el ovillo de lana. Si lo haces, puedes dañar las hebras al interior.
Si un tejido te queda muy apretado, prueba usando un palillo o crochet más grande al número que estabas usando. Haz lo mismo a la inversa si tejes muy suelto.
Es un mito que “toda la lana pica”, depende del tipo de hilado que sea y el tratamiento de sus hebras. Mientras más rústica, probablemente más te picará, sin embargo hay lanas sumamente suaves y muy abrigadoras.
¡Todo tiene reemplazo en esta vida! Si no tienes un palillo auxiliar puedes usar un mondadiente, un fósforo o un alfiler de gancho. Si no tienes marcadores de puntos puedes usar alfileres de gancho. Si no tienes sujetapuntos para tejer a palillos, pasa los puntos por una hebra gruesa de lana y anuda para que no se suelten.
Si tus tejidos ya tienen motitas (piling) busca en el mercado las distintas herramientas que existen para eliminarlas: manuales o a pilas. Si no tienes ninguna de estas, prueba pasando una rasuradora y ¡santo remedio!
Cada vez que laves un tejido, hazlo preferentemente a mano para evitar que se deforme y ¡jamás con agua caliente! Asimismo, debes secarlo acostado sobre una toalla.
Cuando vayas a comprar lana a tiendas industriales, fíjate en que los ovillos del mismo color que lleves sean de la misma partida (la partida es el número que indica cuando fue teñido). Si las partidas son distintas, es probable que haya una leve diferencia de tono. Puedes encontrar el código del color y la partida en un sticker o timbre pegado en cada ovillo.
Si eres zurda, ayúdate de un espejo para ver las instrucciones básicas de tejido que encuentres en el libro.